SALUD BUCAL ¿LO SABÍAS?

La salud bucal afecta directamente a la salud de todo nuestro organismo. Es más, es un componente fundamental, porque no solo influye en el bienestar físico, sino que además afecta la autoestima, la comunicación y las relaciones sociales. 
La salud bucal comprende un estado de completa normalidad anatómica y funcional de la cavidad bucal, así como las estructuras vecinas que conforman el complejo maxilofacial (dientes, maxilares, articulación temporomandibular,  que articula la mandíbula al cráneo, músculos de apertura y cierre, lengua, labios y mejillas)





Nuestra cavidad bucal interviene en importantes funciones vitales como respiración, fonación, gustación y masticación. De allí la importancia de comenzar a enseñar hábitos de cuidados y observación de la misma desde los primeros años de vida, creando conciencia. 
Cada uno de nuestros dientes es un órgano, es decir, una estructura formada por una serie de tejidos especializados que se encargan de una determinada función en concreto, tal así como el mismo corazón, el hígado o el páncreas. La dentadura completa de un niño tiene 20 órganos dentales y la de un adulto 32. Cada uno de ellos con una forma y una función especifica durante la masticación, todos imprescindibles y complementarios para la fonación, así como también para marcar el camino y mantener el espacio de los futuros dientes permanentes, en el caso de los dientes temporarios de los niños, y mantener la cantidad y calidad de hueso de los maxilares, en el caso de los dientes permanentes de un adulto. 

Existe una idea, probablemente arraigada en la vieja escuela de odontología extraccionista, de que si una pieza dentaria temporaria o una pieza dentaria definitiva, que ocupa una parte posterior y poco visible de la boca, se encuentran cariadas o dañadas, es válido extraerlas sin mayores tratamientos, solucionando el problema, arrancándolo de raíz, por utilizar una metáfora. Pero, si bien pueden existir diagnósticos que lleguen a la necesidad de extracción de alguna de estas piezas, el paciente debe ser consciente en todo momento de que este no es el fin del tratamiento, ya que el equilibrio de su cavidad bucal se verá completamente alterado como consecuencia de ello.


Equilibrio de fuerzas mantenido cuando todas las piezas dentarias están en boca


Para que nuestra cavidad bucal esté en equilibrio y por lo tanto en salud, se requiere que todos sus componentes musculares, articulares, óseos y dentarios estén en su lugar. En el caso de extracción, aunque sea de una sola pieza dentaria, y aunque parezca insignificante, porque ésta representa entre un 5 y un 3% del total de acuerdo a si es temporario o permanente, este equilibrio se rompe en su totalidad. Si se trata de una pieza temporaria extraída prematuramente puede generar la retención del futuro diente permanente, el espacio se cierra y el diente queda incluido en el maxilar sin poder erupcionar, en el peor de los casos, o, la mal posición del mismo en el mejor, el diente busca otra via alternativa para erupcionar, en ambos casos generando tratamientos posteriores más engorrosos como la cirugía y/o tratamiento de ortodoncia. Es por ello que en este caso se debe colocar un MANTENEDOR DE ESPACIO. Si se trata de una pieza permanente, lo que ello provocará será el volcamiento o inclinación de las piezas dentarias vecinas, así como la extrusión de la pieza antagonista, provocando el quiebre del plano oclusal. 


Mantenedor de espacio post extracción de diente temporario


Perdida del equilibrio y plano de oclusión post extracción de diente permanente que no ha sido reemplazado

Cualquiera sea o haya sido su caso, no debe sentirse mal por no haber sabido esto antes, pero puede acudir a su odontólogo de confianza y consultarlo al respecto, como siempre acostumbro a decir a mis pacientes, nunca es tarde para reparar y tomar conciencia y gracias a Dios, la odontología siempre puede ingeniárselas para reestablecer este equilibrio dando un paso más al servicio del paciente. 

Nuestra boca también puede verse afectada por caries, alteración de las encías y todo tipo de lesiones en las partes blandas de la misma. Así como puede llegar a desarrollarse Cáncer bucal y también manifestarse en ella signos y síntomas de otras enfermedades que afectan a todo el organismo, como lo son el HIV/SIDA, la anemia y la celiaquía, por citar tres ejemplos. La boca es un lugar con millones de microorganismos oportunistas, que pueden afectar varios órganos. Algunas enfermedades bucales han sido relacionadas con enfermedades cardiovasculares, diabetes, parto prematuro y bajo peso al nacer. Otros factores de riesgo comunes entre la patología bucal y las otras patologías crónicas destacan la alimentación poco saludable y el tabaco.

Cuando se trata de patologías agudas el paciente sufre y puede llegar a tener dolores muy fuertes, lo cual lo lleva rápidamente a la consulta y a solucionar la urgencia, pero cuando las manifestaciones no son tan molestas o avanzan muy lentamente, pueden llegar a pasar desapercibidas hasta que tal vez sea muy tarde. Sin embargo, nunca dejan de estar en nuestra boca, una parte del cuerpo que miramos a diario y que higienizamos, por lo menos dos veces al día. Puede ser que mirar no sea observar detenidamente, y eso es lo que debemos aprender a hacer, revisar nuestra boca y la de nuestros hijos pequeños. Mirarnos al espejo, con una buena luz, conocer y prestar atención a cualquier cambio, porque el 99,9% de las patologías bucales, gracias a Dios, son 100% prevenibles. Pídanles a sus odontólogos que se tomen el tiempo de explicarles como se debe ver una boca saludable y cómo debe ser una técnica adecuada de higiene y tómense ustedes también el tiempo de llevar a la practica ese técnica y revisar su boca diariamente. De ninguna manera ese autoexamen podrá reemplazar la revisación periódica de un ojo profesional, pero la realidad es que muchos pacientes, por temor o aprehensión y hasta por problemas económicos, eluden las consultas que cada seis meses debieran realizarse y de alguna manera prefieren no ver su propia cavidad hasta que el dolor los sorprende, y eso no está bien, eso es hacerse cómplices de la enfermedad, cuando en realidad podemos erradicarla. 

La odontología hoy día ha evolucionado al punto de prácticamente poder reemplazar piezas ausentes por nuevas piezas implantadas, reconstruir dientes desde un resto radicular, realizar prótesis fijas y removibles que proporcionan al paciente gran confort y una estética espléndida. Existen en todos los campos de la odontología profesionales excepcionales capaces de mejorar incluso la naturaleza heredada del paciente. Sin embargo, lo que yo deseo como profesional de la salud y como persona, es que cada individuo pueda reconocer lo que naturalmente es su herencia y valorar la calidad de lo que sus piezas dentarias naturales representan, para de esta manera preservarlas saludablemente a lo largo de toda su vida. En definitiva lo que yo quiero, a través de la prevención, es llegar antes que cualquiera de mis colegas. 




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